Bienvenido.
Si me hubieran dicho hace unos años que terminaría creando una agencia de contenidos, seguramente me habría reído. No porque no me gustara escribir o crear, al contrario, siempre lo hice. Pero porque, en aquel entonces, nunca me imaginé que ese impulso natural de dar forma a ideas terminaría siendo mi trabajo.
Desde niña, siempre estuve inventando cosas: historias, dibujos, pinturas. Lo de crear me salía natural, como quien respira. Pero cuando llegó el momento de elegir una carrera, decidí estudiar administración. Sí, administración. Porque, supuestamente, era lo “seguro”, lo “sensato”, lo que tenía “salida”.
Seis meses después, rodeada de números, planillas y teoría que no me hacía vibrar ni un poco, tuve una revelación (o un colapso, depende de cómo se mire). ¿Era ese mi destino? ¿Mi propósito? ¿Dónde estaban las palabras, las ideas, la creatividad? Fue así como dejé la administración sin mirar atrás y me lancé a la comunicación. En 2012, entré en la universidad de periodismo, y ahí sí, todo hizo clic.
Incluso en mi tiempo libre, escribir era mi forma de soltar el caos de la cabeza. Si salía a cenar, iba a un parque o simplemente tenía un día lleno de pensamientos, terminaba escribiendo. No con un objetivo en particular, sino solo para vaciar la mente, materializar ideas y poder revisarlas después. En ese momento, no lo sabía, pero estaba entrenando un músculo que se volvería esencial en mi profesión.
Hoy, cuando diseño estrategias de contenido para marcas, veo cómo todo encaja. No se trata solo de técnica y estrategia (que claro, son fundamentales), sino de la facilidad con la que las ideas fluyen cuando hacer esto es algo que has disfrutado desde siempre. No es solo poesía, hay datos, estructura y objetivos claros, pero cuando hay pasión, el proceso es mucho más fluido.
En medio de todo esto, hace dos años tomé una decisión que me cambió la vida por completo: salí de Brasil para empezar de cero en España. Pero fue solo este año cuando realmente decidí lanzarme a emprender. Y claro, abrir camino en un mercado totalmente nuevo y diferente me da un miedo tremendo a veces, pero al mismo tiempo siento esa emoción increíble de enfrentar un gran desafío, algo que me llena de energía y muchas ganas de seguir adelante.
Y así nace este blog. Un espacio donde por fin puedo escribir sin briefs, sin deadlines, sin estructuras rígidas. Un lugar donde compartir experiencias reales con clientes, anécdotas profesionales y todo aquello que pueda ser útil para quien se cruce por aquí. Porque si hay algo que siempre me ha acompañado es el deseo de escribir y comunicar. Tardé en darme un espacio propio para hacerlo, pero aquí está.
Así que, bienvenido. Espero que este blog sirva para conectar, inspirar y, quién sabe, tal vez también para recordarte que a veces lo que hacemos por placer, sin darnos cuenta, nos prepara para lo que haremos toda la vida.
Ps: Si tú también tienes ganas de empezar a aplicar storytelling para acercarte más a tus clientes: